Para morir hay que estar vivo
hay que vivir mientras se está vivo.
No puedes disfrutar luego
lo que has de gozar ahora;
corres el riesgo de no vivirlo
podrías estar muerto.
No hay prisa de hacerlo todo,
el compromiso existencial es hacerlo bien.
Nada de lo que acumules te llevarás.
No sirve quejarse del pasado,
el segundo realmente importante
es el presente;
el instante por venir
es el fruto de lo que has sembrado.
A quien más debes dar es a ti mismo;
amarse no es egoísmo,
puedes dar si mucho has recibido.
No vuelvas resignado tu mirada,
la vida es permanente bifurcación;
no puedes decidir,
tomarás el camino que te sea posible.
La verdadera infelicidad
está en centrarse en las vivencias desagradables.
Lo aprendido de los errores cometidos
hace de tu vida una sabia existencia.
Poema de Manuel Antonio Velandia Mora, aparece en el libro “De exilio, retorno y otros dolores de guerra”, publicado por la Alta consejería de Paz, Victimas y Reconciliación de Bogotá. Septiembre de 2021, Bogotá, Colombia.
Ganador de la Beca Idartes de apropiación de Bogotá Diversa
dirigida a los sectores sociales en la categoría víctimas del conflicto armado
colombiano.
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