Virtud-es
En Colombia hasta el hecho de que una mujer llegue “virgen
al matrimonio” es considerado una virtud, en consecuencia, que una mujer casada
pretenda una posición en la que prime el placer y no la “posición del misionero”
es considerado un acto no solo atrevido sino además impúdico.
La rivalidad entre los partidos Liberal y Conservador no era
solo un asunto político, pues el debate se extendía a casi todos los temas
fundamentales para la vida en sociedad, por ejemplo, la educación. En Colombia,
hasta muy entrado el siglo XX se mantuvo una fuerte alianza entre la Iglesia
católica y el Partido Conservador, mientras que los liberales abogaban por una
educación laica.
Los valores tradicionalmente asignados a las mujeres, y
propugnados por la Iglesia (en particular la católica), están en sintonía con
los fundamentos del patriarcado, es decir, una forma de vida basada en la
obediencia, el silencio, la dependencia y la sumisión de las mujeres. Incumplir
con estos mandatos –mal llamados «virtudes»– implicaba dejar de ser «una buena
mujer», lo que legitimaba la violencia en su contra, como se evidenció en
muchos testimonios escuchados por la Comisión de la Verdad.
El movimiento “Católicas por el Derecho a Decidir” afirmó en
su informe «El papel de la jerarquía de la Iglesia», que «[...] la Iglesia
católica y la evangelización cumplieron un papel fundamental al ser productoras
de un régimen de verdad que autoriza, explica y justifica esas prácticas de
subvaloración y violencia contra las mujeres».
El Partido Conservador, con el apoyo de la Iglesia, impuso
prohibiciones a las mujeres en casi todos los aspectos de su vida, les negó el
acceso a la educación y la participación política, e incluso censuró y controló
su forma de vestir, entre muchos otros aspectos: En la pastoral de 2 de febrero
de 1927 monseñor Builes lanzó una pastoral contra la moda, condenando el uso de
pantalones para la mujer [...], también es cierto que, en plena República
Liberal, en Medellín, las autoridades de policía detenían a una joven por “el
delito de vestir pantalones”.
Aun cuando el exceso de severidad, principalmente en
materias morales o disciplinarias, parece cosa del pasado, muy recientemente,
un beso entre dos personas del mismo sexo fue la razón para que dos personas fueran
vulneradas y obligadas a salir de un centro comercial; el pasado 9 de mayo de
2023 un vigilante del escenario deportivo Tulio Ospina, que pertenece a la
administración municipal de Bello, Antioquia. El vigilante, adelantando
inspecciones en la zona verde, al percibir la situación, les exigió a los
hombres que se retiraran del inmueble público, justificado en el ‘pico’ que se
dieron. De inmediato le reclamaron por la posición y la respuesta fue más
escandalosa. Al parecer, sugirió que el acontecimiento sería otro si el beso
fuera entre un hombre y una mujer: “Es más diferente”, respondió el sujeto ante
los cuestionamientos de la pareja. Luego insistió: “Les estoy pidiendo el favor
de buena manera” de abandonar el espacio.
Las violencias sexuales y reproductivas que ocurrieron en
esta guerra son crímenes desconocidos y silenciados, y partieron de esa
necesidad que han tenido los actores armados de controlar la sexualidad y la
reproducción de las mujeres al interior de las filas en función de sus
objetivos bélicos. Varias de las excombatientes refirieron que una de las
violencias que más les preocupaban eran los abortos forzados.
El ingreso al mundo armado y a la lógica militar implicó
para las excombatientes un nuevo proceso de socialización: desaprender y
asimilar nuevos códigos de lenguaje, interiorizar nuevos símbolos, desarrollar
comportamientos en función del colectivo, aceptar la regulación de las
relaciones emocionales, así como de su vida sexual y reproductiva, todo esto en
aras de la vida en comunidad.
Esta fotografía tomada a la actriz Katherine Muñoz López
(2017) en un homenaje a las mujeres que se negaron al silencio, a aquellas que
se atrevieron a contar sus historias en la Comisión de la verdad, a esas otras
que han dado su testimonio en la JEP, a las amigas y cómplices de la vida y el
trabajo por la paz quienes desde el exilio siguen desde diversas estrategias
comunicativas, aportando al conocimiento de la Verdad.
El escrito tiene en algunos de sus apartes, como fuente
principal el informe “Mi cuerpo es la verdad. Experiencias de mujeres y
personas LGBTIQ+ en el conflicto armado. Hay futuro si hay verdad”. Informe Final
de la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No
Repetición (Bogotá, 2022).
Fotografía e instalación de Manuel Antonio Velandia Mora.
Procesamiento sobre retrato de 2017. Lugar: Bogotá, Colombia. Fecha: 10/2019.
Velandia es Ganador de la Beca Idartes de apropiación de Bogotá Diversa
dirigida a los sectores sociales en la categoría víctimas del conflicto armado
colombiano.
Virtue-is
In
Colombia, even the fact that a woman arrives "virgin at marriage" is
considered a virtue, consequently, that a married woman seeks a position in
which pleasure prevails and not the "missionary position" is
considered an act not only daring but also impudent.
The rivalry
between the Liberal and Conservative parties was not just a political matter,
since the debate extended to almost all fundamental issues for life in society,
for example, education. In Colombia, until well into the 20th century, a strong
alliance was maintained between the Catholic Church and the Conservative Party,
while the liberals advocated a secular education.
The values
traditionally assigned to women and advocated by the Church (particularly the
Catholic Church), are in tune with the foundations of patriarchy, that is, a
way of life based on obedience, silence, dependence, and the submission of
women. Failure to comply with these mandates – wrongly called “virtues” –
implied ceasing to be “a good woman”, which legitimized the violence against
her, as evidenced in many testimonies heard by the Truth Commission.
The
movement "Catholics for the Right to Decide" affirmed in its report
"The role of the hierarchy of the Church", that "[...] the
Catholic Church and evangelization played a fundamental role by being producers
of a regime of truth that authorizes, explains and justifies these practices of
undervaluation and violence against women”.
The
Conservative Party, with the support of the Church, imposed bans on women in
almost all aspects of their lives, denied them access to education and
political participation, and even censored and controlled the way they dress,
among many other things. aspects: In the pastoral letter of February 2, 1927,
Monsignor Builes launched a pastoral letter against fashion, condemning the use
of trousers for women [...], it is also true that, during the Liberal Republic,
in Medellín, the authorities of police arrested a young woman for "the
crime of wearing pants".
Even though
excessive severity, mainly in moral or disciplinary matters, seems a thing of
the past, very recently, a kiss between two people of the same sex was the
reason for two people to be violated and forced to leave a shopping center; on
May 9, 2023, a watchman of the sports arena Tulio Ospina, who belongs to the
municipal administration of Bello, Antioquia. The security guard, conducting
inspections in the green area, upon noticing the situation, demanded that the
men leave the public property, justified by the "beak" they gave.
They immediately claimed him for the position and the response was more
scandalous. Apparently, he suggested that the event would be different if the
kiss was between a man and a woman: "It's more different," the
subject responded to the couple's questions. He then insisted: "I am
asking you a favor in a good way" to leave the space.
The sexual
and reproductive violence that occurred in this war are unknown and silenced crimes
and stemmed from the need that the armed actors have had to control the
sexuality and reproduction of women within the ranks based on their war
objectives. Several of the ex-combatants reported that one of the forms of violence
that worried them the most was forced abortions.
Virtud-es. Instalación, 2019
Entering
the armed world and military logic implied a new socialization process for the
ex-combatants: unlearning and assimilating new language codes, internalizing
new symbols, developing behaviors based on the collective, accepting the
regulation of emotional relationships, as well as their sexual and reproductive
life, all this for the sake of community life.
This
photograph taken of the actress Katherine Muñoz López (2017) in a tribute to
the women who refused to remain silent, to those who dared to tell their
stories in the Truth Commission, to those others who have given their testimony
in the JEP, to the friends and accomplices of life and work for peace who from
exile follow through various communication strategies, contributing to the
knowledge of the Truth.
The writing
has in some of its sections, as its main source, the report “My body is the
truth. Experiences of women and LGBTIQ+ people in the armed conflict. There is
a future if there is truth”. Final Report of the Commission for the
Clarification of Truth, Coexistence and Non-Repetition (Bogotá, 2022).
Photography
and installation by Manuel Antonio Velandia Mora. Processing on portrait of
2017. Place: Bogotá, Colombia. Date: 10/2019. Velandia is the Winner of the
Idartes Scholarship for appropriation of Bogotá Diverse aimed at the social
sectors in the category of victims of the Colombian armed conflict.
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