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Exposición artística “La levedad que nos hacen ser”

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 La exposición artística “La levedad que nos hacen ser” reúne fotografías, grabados, serigrafías, instalaciones y recital virtual de poesía. Es una crítica artística y performática a la idea difundida y aceptada socialmente que asume que los seres humanos pertenecientes a los sectores LGTBI y las diversidades de géneros y cuerpo (SSLGTBIDGDC), podemos ser “desechables”, consideraros basura, desecho social. En Colombia, se nos ha denominado "desechables" y al acto de asesinarnos se le llama "limpieza social". En 1982 en el conflicto se iniciaron los asesinatos a los homosexuales y aún continúan. La meta es dar a conocer que los seres humanos pertenecientes a la diversidad sexual, somos víctimas de diferentes crímenes de odio, que, pasando por el “boleteo”, las amenazas de muerte, el desplazamiento forzado, llegan al atentado y en algunos casos al asesinato. Construir trasformaciones en la ecología humana, como cultura de la paz y de resistencia a la expresión vi

Vete a tu casa Machu Picchu

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  “Banished/2”, (Milan, 2017) ¡Vete a tu casa Machu Picchu! Empezó a gritar el vecino de mi suegra, a quien yo le estaba haciendo visita. Por qué está gritando el señor, pregunté. Porque él está medio loco, ella respondió. Lo que no entiendo es por qué me dice Machu Picchu, si yo no soy peruano… Machu Picchu es el apodo de un personaje de una serie de televisión, es un inmigrante peruano a quien su jefe discrimina permanentemente y a quien considera alguien inferior por ser latinoamericano. El problema es que Machu Picchu se le llama a cualquier persona procedente de Latinoamérica, es tan sólo una representación de la xenofobia y de la aporofobia. Me quedé pensando que no era la primera vez que me sentía discriminado y que muchas veces había visto como las personas guardaban su cartera cuando ya estaba cerca. Caí en cuenta de que probablemente muy pocas personas me veían como un refugiado político, como una victima colombina. Ella me dijo que seguramente la mayoría me veía como un migr

El duelo que nunca termina

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  Instalación sobre muro de concreto, Bogotá, septiembre de 2023 Quién puede olvidar la persona amada que un día salió y jamás regresó? No fue una partida, es ausencia nunca anunciada. No hay maletas empacadas, no hay trenes, estación ni despedida. En el tiempo se macera la no presencia que no se sabe si realmente es ausencia. En la oscura noche de la mente yace, un dolor eterno que no desvanece, la ausencia que ilumina la total oscuridad. Sus pasos se alejaron sin mirar atrás, dejando el corazón hecho pedazos. A veces, la noche se torna eterna, en la soledad, en el abismo profundo, me pregunto si algún día le volveré a ver; un torrente de lágrimas se niega a no brotar, en momentos tristes nunca cesarán, la herida abierta en el pecho, sin sanar; el eco de su voz, aún en el aire, se encadena a una incertidumbre de tormentos, mientras tanto, seguiré aferrado a su recuerdo, es el tributo a aquellos momentos compartidos, un homenaje perpetuo, que nunca será desvanecido.

Para morir hay que estar vivo

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Nadie se muere antes, hay que vivir mientras se está vivo. No puedes disfrutar luego lo que has de gozar ahora; corres el riesgo de no vivirlo podrías estar muerto.   No hay prisa de hacerlo todo, el compromiso existencial es hacerlo bien. Nada de lo que acumules te llevarás.   No sirve quejarse del pasado, el segundo realmente importante es el presente; el instante por venir es el fruto de lo que has sembrado.   A quien más debes dar es a ti mismo; amarse no es egoísmo, puedes dar si mucho has recibido.   No vuelvas resignado tu mirada, la vida es permanente bifurcación; no puedes decidir, tomarás el camino que te sea posible.   La verdadera infelicidad está en centrarse en las vivencias desagradables. Lo aprendido de los errores cometidos hace de tu vida una sabia existencia. Poema de Manuel Antonio Velandia Mora, aparece en el libro  “De exilio, retorno y otros dolores de guerra”, publicado por la Alta consejería de Paz, Vict

Recital virtual de poesía

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De exilio, retorno y otros dolores de guerra es un recital de poesía, al que se puede acceder por medio de códigos QR a cada uno de los poemas. El recital amplía la comprensión del conflicto armado colombiano a través de las experiencias de las víctimas hechas poesía. En versos de tinta y musa hablando, la víctima se alza para contar el dolor. En las metáforas danzan sentimientos heridos, tristezas, sufrimientos y un corazón desgarrado que acuna el dolor en su regazo y libera un bálsamo en el aire viciado. Versos ecos de gritos, de llanto refrenado, de esperanza en sus letras; rayo de luz entre tanto desconsuelo, canto a la resiliencia y al renacimiento, voz del dolor encontrando consuelo. Alivio que brinda resiliencia en la voz que habla del sufrir y esconde en sus entrañas historias que posibilitan la liberación y construyen la Paz. Los poemas tienen la autoría de Manuel Antonio Velandia Mora, ganador de la Beca Idartes de apropiación de Bogotá Diver

Como si Dios se fuera a acordar de mí

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El grito sordo de la religión. Bogotá, 2021  “ El sacerdote me lo permitió y yo siento que Jesús también fue muy diverso. Para mí la diversidad no es solamente sexual. La diversidad enmarca toda una lluvia de opciones. Hasta si vamos a hablar del conflicto armado. El conflicto armado es diverso, todo es diverso. La palabra marica involucra todo. Es una palabra superpotente. Lo que a mí me dio luz fue querer dejar una huella, un legado. Querer mostrarle al mundo que desde la periferia es que te estoy hablando de mi comuna; desde arriba, desde mi morro. De acá también podemos salir personas excelentes, exitosas. Personas que triunfamos, que no visionamos solo una ciudad, sino un mundo diferente ”. [1] La libertad de religión es un derecho humano inalienable. Ni la fe ni las creencias deben nunca atraer la violencia. Sin embargo, son muchas las personas que han sufrido por ese motivo. Nunca pensé que ir a una iglesia estaría acompañado de comentarios ofensivos sobre las prácticas de u

Ángel caído

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Ángel caído. (Roma, 2017) Ángel caído Hay muertes que no logramos explicar, asesinatos que parecen no tener sentido. Vidas segadas aun cuando apenas empezaban.   Ángel caído, enlutado cielo; se desvanecen los sueños más bellos. Sombras que acechan sin cesar. Todas las respuestas parecen esquivas, como amargas lágrimas en las heridas. Asesinatos que no tienen sentido, y un corazón que late dolido. Vidas segadas en su brote temprano, como flores marchitas en un campo de engaño. ¿Por qué la muerte tiñe de negro el aire, arrastrando inocentes hacia el abismo sin desaire? La tristeza se derrama en cada ilusión desvanecida, la soledad se arropa de neblina. Envueltos en desesperación, buscamos respuestas en la desolación. ¿Por qué rompen el amor y lo hacen cenizas? ¿Por qué el mal prevalece, sin que las razones cobren sentido? El tiempo no atenúa la herida profunda, el corazón se desangra en la penumbra fecunda. En el doloroso lamento, Clamamos po

Me quedé de piedra.

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Me quedé de piedra. Fotograbado, España, 2016  Muchas veces me han preguntado ¿Qué sentías cuando te amenazaban de muerte? Recordarlo te deja en una situación similar a cuando lo hicieron por primera vez. Se crea un vacío enorme, el corazón se acelera, el tiempo se detiene, se te reseca la boca, sientes que no puedes respirar. Quienes están presentes dicen que te pones blanco, casi transparente. En los miedos está la diferencia Una voz ronca y desconocida invade mis oídos “¡hijueputa lo vamos a matar!” A cero se reduce la respuesta. Pasan las horas como si fueran días, pasan los días como si fueran meses; el miedo alarga el tiempo, silencio espeso y largo, la voz retumba en mi cabeza.   Repica el teléfono una y otra vez tengo miedo de responder, truena en cuatro ocasiones, respondo… la misma voz, la misma frase “¡hijueputa lo vamos a matar!”.   Sin musitar palabra espero que llegues, tenerte cerca es como hablar, es sentir que sigo vivo. Aprendí, lu

¿No te gustaría cruzar el mar y venir a casa de nuevo?

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Wouldn't you like to cross the sea and take me home again? / ¿No te gustaría cruzar el mar y llevarme a casa de nuevo? Grabado, España 2018.  Pensamos en lo doloroso que es el exilio, suele reflexionarse desde la óptica de las víctimas, pero hay otras víctimas invisibles que casi nunca aparecen, las que acompañan desde el amor, las que se ven obligadas a vivir separadas porque al tomar la persona amada la decisión de partir para conservar la vida, el vacío en la espalda, la cama fría y la falta del abrazo se hacen insoportables. En Colombia están registradas más de nueve millones de personas como víctimas del conflicto armado interno, un 18,2% de la población del país se ha visto afectada directamente, motivo más que suficiente para que en el marco del Acuerdo de Paz se encuentren en el centro, a fin de restablecer sus derechos, reparar y no olvidar, pero no aparecen como víctimas los millones de corazones rotos que la guerra está dejando a su paso. No hay reparación integral p

Gracias dios mío porque me diste fuerzas para matarlo

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"Mon Dieu merci car tu m'a donné la force de lo tuer"/ "Thank you, my God, because you gave me the strength to kill him",  “Gracias dios mío porque me diste fuerzas para matarlo”. Serigraph by Manuel Antonio Velandia Mora (Spain, 2016). A nombre de Dios se asesina, se excluye, se hacen “terapias de conversión”, se diezman territorios, saberes, valores, creencias y vidas. No parece nada extraño un adolescente sicario [1] quien participa de la violencia generalizada. Muchos jóvenes vieron en su ingreso a la guerrilla, el paramilitarismo e incluso al ejército y la policía una “salvación” económica para su familia. Esa mezcla entre fervor religioso y el “cumplimiento del deber” no son nada extraño en quien descubre en el asesinato una forma de “sobrevivir”. Invocar a El Ángel de la guarda, figura aprendida en las oraciones infantiles desde la tradición cristiana es una idea que acompaña al creyente para protegerle de las tentaciones en particular de las del “

De espaldas a la realidad

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  La política institucional del Ejército colombiano de conteo de cuerpos, sumada a la política de incentivos y la constante presión que ejercieron los comandantes sobre sus subordinados para obtener muertos “en combate", a la que es necesario sumar la estigmatización de la población civil son la explicación mínima para que en Colombia hubieran ocurrido un sin número de “falsos positivos”. Para la JEP (Jurisdicción Especial para la Paz), la evidencia indica que los militares imputados son penalmente responsables del crimen de guerra de homicidio en persona protegida y los crímenes de lesa humanidad de asesinato y desaparición forzada, conforme al Código Penal Colombiano como al Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional. Los magistrados de la Sala de Reconocimiento concluyen que quienes a la fecha han comparecido actuaron siendo conscientes de que estos delitos se cometían como parte de un ataque generalizado y sistemático contra la población civil, razón por la cual tambié